Los intereses cruzados de las empresas energéticas y los políticos

 
Lejos nos queda en España el ejemplo noruego en el que los poderes públicos gestionan el 51% de Statoil la principal empresa petrolífera del país y una de las más importantes del mundo por el volumen de operaciones y por su capacidad de innovación y queda lejos porque los beneficios revierten directamente en el bienestar del pueblo noruego y en una especie de fondo soberano para las generaciones futuras.

Pero queda más lejos aún porque en España la situación es justamente al revés, las empresas más importantes y poderosas del estratégico sector energético en vez de estar todas gestionadas desde el sector público –con criterios de eficiencia y funcionarios de alta cualificación sometidos a regímenes laborales acorde con ese principio, claro, pues de lo contrario es mejor dejarlas como están- que es como debieran estar para que sus beneficios revirtiesen en la ciudadanía y no hubiese enriquecimiento de unos pocos a costa del sacrificio de la mayoría para adquirir productos o servicios de primera necesidad, reciben cada año a expolíticos que se colocan en ellas en una especie de retiro dorado.

 Estos políticos sin escrúpulos y generalmente sin competencia en materia energética, han de recibir la expresa aprobación de una comisión que es la que debe velar porque esta actividad no es incompatible con su anterior vida política. Como de esta práctica corrupta se vienen beneficiando los partidos más representativos, no ha habido impedimento hasta la fecha para dar vía libre a todos los que solicitan que se autorice la compatibilidad (sólo ha habido dos excepciones, sin duda de políticos con enemigos en sus propias filas).

El último caso conocido es el del exjardinero Arsenio Fernández de Mesa que pasó a mejor vida laboral en el PP ocupando altos cargos hasta su retiro dorado en Red Eléctrica, una de las empresas del sector -con participación pública del 22%- que más políticos acoge en su seno. Un ejemplo dramático de cómo alguien sin ningún tipo de preparación, puede llegar a ocupar un importantísimo puesto en una empresa energética gracias a sus contactos políticos.  

Esta situación debe terminar por el interés general y se debe exigir a los políticos que una vez abandonada su actividad en la política, vuelvan a sus ocupaciones anteriores, en el caso comentado antes, a la jardinería.

El siguiente artículo de  elconfidencial.com  abunda sobre el particular y describe cómo 32 expolíticos se lucran a nuestra costa en empresas energéticas ... aunque es sólo la punta del iceberg.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.
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Arsenio Fernández de Mesa ha sido el último en llegar, pero su designación no representa algo excepcional ni extraordinario. Tras su nombramiento esta semana por Red Eléctrica de España (REE), el anterior director general de la Guardia Civil se suma a la amplia nómina de expolíticos que trabajan como consejeros en las grandes multinacionales eléctricas y energéticas del país. Una treintena de antiguos altos cargos –entre ellos siete en gobiernos extranjeros; de Estados Unidos, México o Brasil, entre otros países– han traspasado el umbral de las puertas giratorias hacia el sector privado tras haber defendido el interés general.


REE y Enagás son las empresas con más consejeros con pasado político o que ocuparon altos cargos en la Administración, con ocho cada una. Ambas compañías tienen la peculiaridad de que uno de sus accionistas de referencia es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La empresa pública posee el 20% de las acciones de Red Eléctrica y el 5% de Enagás. En los consejos de administración de estas sociedades aparecen ministras (Isabel Tocino, Ana Palacio, María Ángeles Amador), secretarios de Estado (José Folgado, Luis Varelo, Ramón Pérez Simarro) y un presidente autonómico (Santiago Lanzuela).

El régimen de incompatibilidades imposibilita a los ex altos cargos a trabajar en empresas privadas afectadas por decisiones políticas que hayan tomado durante los dos años posteriores a su cese –en principio no sería el caso de Fernández de Mesa y Red Eléctrica–. En este caso, la única forma de saltarse la limitación es obteniendo una autorización por parte de la Oficina de Conflictos de Intereses, información que se publica en el Portal de la Transparencia. Una investigación de eldiario.es desveló que el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda solo ha vetado a dos personas para trabajar en el sector privado tras su paso por lo público desde su creación en 2006.

De los 32 expolíticos que actualmente forman parte de consejos de administración de empresas eléctricas y energéticas –Josu Jon Imaz es consejero de Repsol y Gas Natural Fenosa–, la mitad están relacionados con el Partido Popular. La mayoría de ellos ha ocupado cargos orgánicos representando a la formación conservadora en el Congreso, el Senado o en parlamentos autonómicos, si bien otros simplemente han trabajado como altos cargos durante gobiernos populares.


En los últimos años, ilustres figuras políticas españolas se han caído de los consejos de administración de estas multinacionales, que se renuevan frecuentemente. Fue el caso de Felipe González, que en junio de 2015 dejó de ser consejero de Gas Natural Fenosa, donde cobraba más de medio millón de euros al año, puesto del que dijo que “es muy aburrido”. Por su parte, Endesa prescindió en enero de 2014 de los servicios de José María Aznar como lobista al no lograr influir en las decisiones políticas del Gobierno presidido por Mariano Rajoy.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

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